¿tengo que castigar a mi hijo por sus malas notas? tengo que prohibirle el deporte?

¿Tengo que castigar a mi hijo por sus malas notas? ¿Le tengo que prohibir el deporte?

¿Tengo que castigar a mi hijo por sus malas notas? ¿Le tengo que prohibir el deporte?

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Queridos lectores😀,

Hoy hablaré de un tema que a menudo trato con los padres y que crea controversia: las notas escolares y el debate sobre los castigos como consecuencias de unas malas puntuaciones.

Si conoces mi método educativo, ya sabes que soy contrario a todo tipo de castigos. Los padres no tenemos derecho a imponernos sobre nuestros hijos a través de castigos y consecuencias, no somos superiores a ellos y por ende no tenemos el derecho de castigarlos por su comportamiento, que nosotros, según nuestros criterios, consideramos erróneo.

Las únicas consecuencias deben ser las que denominamos consecuencias naturales, positivas o negativas, después de un determinado comportamiento de nuestros hijos (encontrarás en mi blog algunos posts sobre este tema). Pero, antes de contestar a la pregunta de qué si es justo o no castigar a nuestro hijo por sus malas notas académicas o por suspender un curso, me gustaría hablar sobre la importancia de las notas y su influencia en la vida de las personas, según mi punto de vista, después de haber profundizado sobre este tema desde un punto de vista psicológico y práctico.

Consideraciones sobre las notas académicas

Os adelanto la conclusión del debate de hoy: las notas en la escuela no deberían existir, dado que la verdadera recompensa es el mismo aprendizajeTener buenas o malas notas no definen una persona, una niña y sus capacidades. Hay varios sistemas educativos, como el célebre método Montessori, donde las notas no existen y a pesar de eso (o gracias a eso) los estudiantes de esta escuela suelen tener más éxito en la vida que un estudiante medio del sistema educativo tradicional.

 Las notas, desde temprana edad, propician la competencia entre niños en lugar de la colaboración, van a dañar la autoestima de aquellos estudiantes que no sacan buenas notas, creando ansiedad hasta en los más pequeños. Las notas no ayudan al crecimiento y al aprendizaje del niño. Se puede enseñar y también valorar a un niño sin tener que marcar con una nota su competencia en una determinada área. 

Hay niños que son mejores en la esfera artística, otros en la literaria y otros en la científica. Otros son mejores en los deportes y actividades físicas, otros en música, y otros aún no saben en qué área de la vida destacan, porque todavía tienen que sacar lo mejor de sí mismo. No todos los niños se desarrollan de igual forma, cada persona es diferente. Asignar una nota no es la mejor forma de ayudar a un niño en su desarrollo personal.

Consecuencias negativas de las notas

Miramos el ejemplo de una niña que siempre tiene las mejores notas. Debería tener mejor autoestima y ser orgullosa de sí misma, pero a menudo no es así. Con el pasar de los años es posible que viva constantemente en un estado de ansiedad por tener que mantener este estatus de estudiante modelo, donde no se le permite fallar, porque ella y su entorno se han acostumbrado a unas notas sobresalientes, y hasta una nota buena o notable no es deseable. A veces pasa también que no colabore y ayude a los demás, porque no quiere que nadie la supere y no acepta que sus compañeros saquen buenas notas sin que se esfuercen como hace ella. 

En la universidad hará lo mismo, y su actitud no la ayudará a tener una buena vida social, a ser una persona bondadosa. En su vida laboral, con todos los medios querrá llegar a la cumbre, sin disfrutar del camino, y verá los compañeros como una amenaza, no como unos amigos y colaboradores, viviendo en un estado de ansiedad constante. Esto es solo un ejemplo. No quiero decir que una persona llega a tener ansiedad, a ser egoísta y encerrada en sí misma simplemente por culpa de las notas, pero es un escenario posible y que sería en buena parte evitable si las notas no existieran

Ventajas de no poner notas

Imaginemos ahora que al niño que tiene muchas cualidades en casi todas las áreas, se le valorara por sus capacidades pero sin una nota. Se le podría hacer entender que, gracias a sus excelentes capacidades ,puede ayudar a sus compañeros que lo necesitan y ellos también podrían ayudarlo en otra área que él necesita reforzar. 

Este tipo de colaboración refuerza la interacción entre las personas, favorece la colaboración, la empatía, la gana de ayudar a los demás con nuestros conocimientos, también la autoestima porque nos veremos capaces de ayudar al prójimo. Promueve un sentimiento de bondad, dado que al final la verdadera alegría se produce cuando notamos que con nuestra conducta somos capaces de ayudar a los demás, que somos útiles para alguien. 

Sin las notas, sin esta etiqueta de bueno o malo, el alumno se sentiría más libre y empezaría a entender la importancia de la autovaloración, o sea la capacidad de valorarse por sí mismo, reconociendo donde puede mejorar y donde ya es bueno y apto para ayudar a los demás. 

¿No sería mejor que el alumno que destaca en las matemáticas ayude al compañero que carece en esta asignatura, y que este último, que es bueno en música o lenguas, ayude a aquel que carece en estos ámbitos, con la supervisión y el apoyo de los maestros, por supuesto? Con este enfoque se formarían verdaderos equipos de colaboración, donde la clase entera quiere sobresalir en su conjunto, no de forma individual. ¿A qué me sirve marcar dos goles en un partido si al final mi equipo pierde 3-2? 

Con este enfoque diferente, todos saldrían beneficiados. Como hemos visto, los que sobresalen se sentirían valorados y apreciados por su labor y su sentimiento de colaboración hacia los demás. Él que tiene más dificultades no se sentiría humillado por recibir una mala nota, no se sentiría el último de la clase como suele pasar ahora. Su autoestima no estaría en peligro y sobre todo, con el apoyo del líder, su maestro, y de sus compañeros, podrá mejorar y sacar lo mejor de sí mismo. 

La competitividad

La competitividad es saludable únicamente cuando sirve para sacar lo mejor de uno mismo, para intentar siempre mejorarse. No hay necesidad de competir con el prójimo, porque en la cumbre hay lugar suficiente para todos los que destacan en algo. Mi éxito no supone el fracaso de mi compañero, podemos ambos tener el mismo éxito. 

Sin embargo, la competitividad es insana cuando queremos a toda consta ser mejores que los demás, sin respetar ninguna regla, sin empatía hacia el prójimo, fijándonos solo en nuestros objetivos y en nuestro bienestar sin pensar en el bienestar global, de nuestra comunidad. Este tipo de competitividad se aprende desgraciadamente en familia pero también en la escuela. Es ahí donde nuestra sociedad podría hacer muchos cambios, si quisiera.

Un Mundo sin notas escolares

¿Podéis ver ahora todos los beneficios para nuestros hijos si no existieran las notas en la escuela? ¿Y entonces por qué siguen las notas en las escuelas tradicionales?

La sociedad, para que siga controlada y sumisa, no necesita que la mayoría de la gente tenga valores y cualidades tales que podrían poner en discusión el sistema social al cual nos han acostumbrado, haciéndonos creer que es el correcto. Eso mantiene el sistema y permite que los que gobiernan el mundo sigan enriqueciéndose siempre más. 

Es más recomendable acostumbrar las personas desde temprana edad a competir, a ser juzgada, manipulada, a tener sentimientos de culpa, a sentir ansiedad y estrés, en lugar de promover la colaboración para formar una sociedad mejor. En la escuela se favorece el individualismo, porque una persona sola es más difícil que cambie la sociedad. Sin embargo, una comunidad grande y competente podría ser una amenaza para la sociedad y su funcionamiento. 

Ahora diré algo que pueda que moleste a mucha gente, pero si lo analizas verás que posiblemente sea verdad. Las notas también sirven para satisfacer el ego de los padres y familiares de los niños. Hay padres y abuelos que van orgullosos diciendo las buenas notas que han sacado sus niños, lo publican en las redes sociales como si fuera un trofeo, como si se valorara la vida de un niño o adolescente por sus notas en la escuela. Estos mismos padres muchas veces no se preocupan si su hijo es feliz o menos, si está haciendo lo que verdaderamente le gusta, si está persiguiendo sus sueños o si simplemente está viviendo según las expectativas de los demás. 

¿Por qué nos sentimos tan orgullosos cuando nuestra hija saca una buena nota? ¿Qué se esconde detrás? ¿Pensamos que somos buenos padres únicamente porque nuestra hija saca buenas notas? ¿O esperemos aliviar nuestras frustraciones diarias pensando que si nuestra hija tiene buenas notas, tendrá más éxito en la vida y una vida mejor que la nuestra? ¿Y por qué nos sentimos fracasados si saca mala nota, o si repite un curso? ¿Tenemos miedo que, a causa de las notas ,será una fracasada e infeliz? ¿O, sin embargo, nos preocupa el juicio de los demás?

Sabes que pienso, que si no hubiera notas las familias vivirían mejor, habría menos conflictos entre padres e hijos y nos concentraríamos en valorar otros aspectos y atributos de nuestros hijos. 

Ayúdelo, ¡no lo castigues!

Después de esta reflexión, ya ves como la respuesta al título del post es muy clara. Por supuesto, nunca deberías castigar a tu hijo por sus malas calificaciones académicas, simplemente porque las notas no deberían existir. Y si aún piensas que las nota son tan importantes, igualmente no castigues a tu hijo por sus notas. Háblale sobre la importancia de sacar lo mejor de sí mismo y de saber reaccionar delante las dificultades.

 Si ves que alguna asignatura no le gusta o se le dificulta aprender, apóyalo, intenta ayudarlo si puedes, mirad tutoriales juntos, pide ayuda externa si lo consideras necesario. Hazle ver que puede lograrlo si él lo quiere, porque ya ha logrado superar algún desafío en pasado. También enséñale que en la vida a veces tenemos que lidiar con situaciones que no nos gustan, pero que evitarlas no es la mejor forma de actuar. Las personas que logran los mayores éxitos en la vida pasan por grandes fracasos, pero se levantan y siguen adelante hasta lograr sus objetivos

Nunca lo humilles con un castigo, no tiene ningún sentido. Un hijo hay que apoyarlo ante las dificultades, nunca castigarlo. Y aquí otra reflexión: ¿A quién sirve el castigo, a ti como padre para sentirte bien contigo mismo, pensando que estás haciendo lo mejor para el bien de tu hija? ¿O crees de verdad que con las amenazas y prohibiciones tu hija vaya cambiando y aprendiendo los valores basilares del esfuerzo y autosuperación personal?

No castigues a tu hijo sin deporte

Y por último, queda claro que nunca hay que castigar quitando el deporte a nuestro hijo. Si te hace sentir bien, hasta que asimiles que el castigo nunca es una solución a tomar en cuenta, puedes prohibirle que vea la TV, que es un hábito inútil, o reducir el tiempo permitido con el móvil o Tablet por ejemplo, o la consola si la tiene (aunque tampoco estoy de acuerdo en absoluto con estos métodos, son perjudiciales también, crean ira y resentimiento), pero nunca el deporte porque es parte fundamental del desarrollo de tu hijo, tiene la misma importancia que los estudios, la lectura y la alimentación. 

¿Dejarías días sin comer a tu hijo por sus malas notas? ¿Le prohibirías de tomar agua? ¿Le prohibiría leer libros? Si tu respuesta es no, tampoco le prohíba ir a entrenar, hacer ejercicio y deporte, porque son hábitos saludables que le ayudan a mejorar en todos los aspectos de su vida, también en su vida académica. 

Si quieres profundizar sobre este tema, puedes leer la opinión de una experta en psicología de alto rendimiento y coach deportiva, Lorena Cos.

Con esta reflexión, queridos padres, he querido afrontar un argumento para mí de notable importancia para la vida de nuestros hijos y que noto que es considerado casi como un tabú, algo sobre lo que no se debería opinar. Sin embargo, ir contra corriente marca la diferencia entre ser y vivir como la mayoría de las personas o lograr cualquier cosa nos proponemos en nuestra vida.

Una nueva sociedad

A veces mi visión puede parecer utópica, sin embargo creo que en futuro la sociedad mejorará, si todos nos comprometemos con enseñar buenos valores a nuestros hijos, los cuales podrán dar un cambio a todo el sistema educativo y a nuestra sociedad en general. Si quieres ser un ejemplo para tu hijo, si quieres mejorar tu vida, tu forma de pensar que hasta ahora no te ha dado la vida que quisiera, consulta los servicios de mi Academia Online. ¡La primera consulta es gratuita!

Gracias por seguir mis artículos, nos vemos en el siguiente. Sigue compartiendo😉 para mejorar nuestra sociedad y sobre todo la vida de nuestros hijos.

¡Un fuerte abrazo, te deseo una feliz semana😍!

«Tu hijo no vale por una nota escolar o una medalla, tu hijo vale porque es una persona, que necesita que lo ames independientemente de sus logros y fracasos»

El 26 de Enero de 2022La )

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4 comentarios en “¿Tengo que castigar a mi hijo por sus malas notas? ¿Le tengo que prohibir el deporte?”

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