CAUSAS DE LAS RABIETAS O BERRINCHES EN NIÑOS

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Querido lector,

Hoy te voy a desvelar las causas cerebrales de las rabietas en los niños y de cómo poder ayudarle en estos casos, evitando errores que pueden dañar emocionalmente a tus queridos hijos. Las rabietas o berrinches son expresiones emocionales de los niños, acompañadas de enfado, ira y frustración. Suelen empezar poco antes de los 2 años y acompañan toda la infancia y adolescencia de nuestros hijos, con más o menos intensidad.

Para poder educar con verdadero amor y empatía, es esencial comprender el funcionamiento cerebral infantil. Si no sabemos cómo piensa y actúa un niño, no podremos aportarle todos los cuidados que necesita en su etapa de desarrollo. Nuestro papel como padres es aportarle todos los cuidados que necesita en su etapa de vida, no solos los cuidados básicos de higiene y nutrición. No somos simples cuidadores, somos guías, sostén, ejemplo de vida para ellos. 

Debemos saber que de adultos somos el resultado de nuestra infancia y adolescencia. Éstas son las etapas más importantes de nuestra vida, puesto que, de cómo somos tratados en nuestros primeros 21 años de vida, dependerá nuestra personalidad, nuestro autoestima, nuestras relaciones, nuestra forma de ser, de pensar, nuestras creencias y patrones mentales. 

Nuestra labor de padres es la más importante de nuestra vida y conlleva muchas responsabilidades. De nosotros depende el óptimo desarrollo de un ser humano, que ha llegado a ese mundo a través de nosotros. Como cualquier trabajo importante, se necesita formación previa para poder ser buenos padres; sin embargo, nuestra sociedad no nos ayuda en ese aspecto. Nadie nos enseña sobre el funcionamiento del cerebro en la infancia y en la adolescencia, ni cómo debemos actuar con un niño para aportarle los cuidados cerebrales que necesita para su óptimo desarrollo, evitando de dañarle emocional y cerebralmente.

Si nos damos cuenta de esa realidad y queremos ser unos padres conscientes, la única vía es aprender por nuestra cuenta. De esa forma nos haremos responsables de la salud mental y emocional de nuestros queridos hijos, abriéndoles las puertas para una infancia feliz y un futuro sin demasiadas heridas emocionales, que son las responsables de nuestras dificultades en la vida adulta.

Tranquilos queridos padres, gracias a ese Blog y a mi canal de YouTube, te voy a brindar toda la información que necesitas para tu formación como madre y padre consciente. Mi misión como asesor para padres, es ayudar a educar con verdadero amor y respeto, siguiendo los principios de la Educación Real de Tania García, educadora, escritora e investigadora social número uno a nivel español e internacional en la educación infantil.

Funcionamiento Cerebral Infantil

Vamos ahora a analizar el tema de hoy: las rabietas y berrinches. El niño, en sus primeros meses de vida, depende totalmente de sus cuidadores, en particular de su mamá. A partir del año de vida empieza a ser un poco más autónomo, empieza a caminar, a explorar el mundo y con el pasar de los meses a tener unos pensamientos que lo llevan a querer algo, a conseguir cosas. 

Alrededor de los dos años, los niños empiezan a sentirse más libres, se dan cuenta de que son personas. Es una fase maravillosa de autodescubrimiento, de exploración, de querer experimentar la vida. Desgraciadamente, en esa fase, los niños son coartados en su libertad por parte de sus padres, de varias formas, a veces por su seguridad, otras muchas veces por sobreprotección o por un interés de control del adulto.

El cerebro del niño, para su óptimo desarrollo, necesita vivir nuevas experiencias, explorar, experimentar, bajo la supervisión de su figura de referencia. Cada vez que coartamos su libertad, el niño siente frustración, enfado. Se está limitando su libertad de acción, aunque a veces sea para evitar peligros reales. Eso le causa una reacción, una expresión emocional intensa, que llamamos de forma despreciativa rabieta o berrinche. Realmente no deberíamos llamarlas así, porque son una forma natural de expresión del niño a esa edad y también en fases posteriores.

 En la infancia no hay razonamiento, el niño no puede entender las causas de las limitaciones impuestas por otra persona, no entiende los peligros de meterse una piedra en boca, tampoco entiende del significado de propiedad. Si ve un juguete de otro niño que le gusta es normal que quiera cogerlo y que no quiera compartirlo. Si se lo quitamos, es normal que se enfade, que explote, que exprese su disgusto con ira.

 No hay ningún control de impulso a esa edad, el niño no tiene desarrollada la corteza prefrontal, que es aquella parte del cerebro responsable de controlar nuestros impulsos. Su cerebro está en desarrollo y seguirá desarrollándose hasta los 21 años de vida, pasando por etapas diferentes en la infancia y adolescencia. Debemos respetar su desarrollo cerebral, sin querer adelantar o forzar procesos. Hay que tener paciencia, comprensión, amor y respeto por su etapa vital.

 ¿Cómo podemos enfadarnos con él cuando tenga una expresión emocional intensa, si por su desarrollo cerebral inmaduro es normal que sea de esa forma? Creo que es injusto, ¿verdad? A nadie se le ocurriría enfadarse con un bebé de 6 meses porque aún no sabe caminar. En ese caso entendemos que aun su desarrollo fisiológico y cerebral no le permite caminar y no queremos forzarle, ¿verdad? Cuando un niño está sintiendo una emoción de ira, rabia y la expresa de forma intensa, es exactamente lo mismo. No hay diferencias con el caso anterior, porque no está preparado cerebralmente para actuar de otra forma.

La Represión Emocional

Ahora, si queremos evitar que explote, que no pueda expresar su emoción de forma libre, lo que estaremos haciendo es reprimir sus emociones, que es lo peor que podemos hacer por su salud mental y su óptimo desarrollo cerebral. La represión emocional en la infancia es la causa de casi todos los malestares en la vida adulta, incluidas enfermedades fisiológicas. 

Cuando distraemos a nuestro hijo para que la expresión emocional termine antes, o cuando lo abandonamos o lo apartamos, estaremos reprimiendo sus emociones, forzando su cerebro a dejar de expresar esa emoción tan intensa. Está científicamente probado que todos estos métodos manipulativos causan profundas heridas en los niños.

El cerebro es adaptativo; cuando detecta un peligro, como el rechazo y el abandono, se adapta para garantizar la sobrevivencia de la persona. Nuestro cerebro funciona como aquello de nuestros ancestros, ha cambiado muy poco. En el pasado, el abandono físico podía constar la vida de una persona. Nuestros ancestros estaban juntos siempre para defenderse de posibles ataques de predadores. 

Por esa razón, para evitar el rechazo por parte de sus figuras de referencia, es posible que el niño, cuando reciba represión emocional, deje de expresar estas emociones de forma tan intensa para evitar el enfado de sus padres o sentirse abandonado. Eso significa que está reprimiendo emociones dentro de sí mismo para evitar el abandono y garantizar su sobrevivencia. 

Causas de las Rabietas y Berrinches

Debemos aprender a naturalizar las rabietas, berrinches o pataletas. Aprender a llamarlas expresiones emocionales para comprender lo que realmente son y por el respeto de nuestros hijos. Son parte de su crecimiento, de su desarrollo, son necesarias para el desarrollo de su sistema límbico, encargado de las emociones. Hay muchos factores que las causan: como vimos, se presentan cuando le coartamos su libertad de acción. También ocurren cuando no consiguen algo que desean, o cuando no consiguen hacer algo, por ejemplo, cuando sienten frustración por no saber poner una pieza de un juego o cuando se le cae su torre de cubo.

Sea cual sea la causa, lo que debemos tener claro al final de la clase de hoy, es que cualquier razón es lícita. No debemos juzgar, coartar, reprimir la expresión emocional de nuestros amados hijos. El niño no es un adulto, su desarrollo cerebral está en progreso, necesita mucha comprensión por nuestra parte, aunque nos cueste al principio, a causa de nuestros patrones mentales subconscientes, que se han formado en nuestra infancia. 

Hasta los adultos explotamos muchas veces, eso a causa de nuestro desconocimiento emocional, debido justamente a la represión emocional que recibimos en nuestra infancia y adolescencia. Si no queremos repetir los mismos errores del pasado, debemos permitir la libre expresión emocional de nuestros hijos, sin filtros, sin juicio, sin manipulación. 

Solución a las Rabietas o Berrinches

Ahora te preguntarás: ¿Qué hago entonces cuando mi hijo explota? Aquí está la clave.

El secreto es el siguiente: lo único que necesita tu hijo en ese momento es recibir acompañamiento emocional real, siguiendo los pasos explicados en ese otro post de mi blog o en mi video de YouTube sobre Acompañamiento Emocional. Acompañar emociones es estar a su lado, aportarle presencia, contacto físico, escucha activa, consuelo, palabras dulces y delicadas, evitando sermones, manipulaciones y distracciones para que deje de expresar sus emociones. 

Tu hijo simplemente te necesita a ti, necesita tu amor, dulzura, de todo el cariño que le puedes dar como madre o padre. Eso es educar de forma real, amando a nuestros hijos de forma incondicional, como los más grandes maestros de la humanidad nos han enseñado a lo largo de los siglos.

Ahora que conoces las causas de las rabietas o berrinches de tu hijo, empieza a tener empatía y comprensión por su proceso vital y apórtale lo que de verdad necesita. No permitas que la presión social y los consejos ajenos te influyen negativamente. Lo más importante es el bienestar de tu hijo en el presente. 

Si quieres profundizar más sobre el mundo emocional de los niños y adolescentes, visita nuestro blog donde encontrarás otros artículos muy útiles al respecto. Si quieres dar un paso más, liberarte de los patrones mentales que no te permiten educar con verdadero amor y tolerar las expresiones emocionales de tus hijos, visita nuestra academia online para padres en familiaycrecimiento.com, donde ofrecemos asesoría personalizada para padres. Tu cambio empieza hoy.

Comenta aquí abajo si eres capaz de tolerar las expresiones emocionales de tus hijos y comparte esa información con 5 personas a las cuales crees que pueda interesar ese contenido. Gracias por ser parte de esa comunidad de Familia y Crecimiento, comprometida con el bienestar de los niños y adolescentes de todo el mundo.  Un fuerte abrazo. Ciao.

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