¿Qué hago cuando mi Hijo tiene una rabieta, berrinche o pataleta?
¿Te has preguntado alguna vez qué son realmente las rabietas y por qué ocurren? ¿Quieres una solución para aprenderlas a manejarlas sin perder los nervios y dañar a tus hijos?
Hoy hablaremos de las famosas rabietas de los niños, también conocidas como berrinches o pataletas, según la cultura de cada país. Te revelaré la verdad sobre las mal llamadas rabietas, que nadie te habrá contado antes.
Las rabietas o berrinches son una expresión emocional de los niños, normalmente acompañadas de enojo o frustración, que se manifiestan de forma muy intensa, sobre todo entre los 2 y los 5 años de vida, y que muchas veces los padres no sabemos tolerar, ni manejar.
En primer lugar, es importante entender que educar implica respetar a nuestros hijos o alumnos. El lenguaje que utilizamos es basilar en ese sentido. Cuando llamamos una expresión emocional de nuestros hijos con el nombre despectivo de «rabieta» o «berrinche», estamos despreciando una expresión natural que es la emoción, que surge siempre de forma espontánea.
La emoción no es algo que podemos controlar. Es una reacción a un impulso externo o a un pensamiento que genera una alteración de ánimo en nosotros. No se puede controlar, gestionar, como se suele decir de forma equivocada en la pseudo pedagogía actual.
Es verdad que en edad adulta deberíamos ser capaces de poder comprender, analizar, poner en perspectiva y luego dejar fluir nuestra emoción, para que no nos controle a nosotros. Pero eso solo de adultos, siempre y cuando tuvimos un buen acompañamiento emocional en nuestra infancia o adolescencia, cosa poco probable, o si trabajamos en nosotros mismos para sanar nuestra mochila emocional, lo que hacemos en nuestra Academia Online para Padres.
Sin embargo, en la infancia y adolescencia, la emoción no se puede en ningún caso gestionar. Los niños no tienen desarrollada aquella parte del cerebro, la corteza prefrontal, que les permite razonar y entender lo que les pasa.
La emoción es puramente instintiva en los niños, no podemos pedirle ningún control sobre sus emociones y además es necesario y muy saludable sentirlas, experimentarlas y expresarlas sin represiones. Es un forma de aprendizaje para el niño, aprende a conocerse y a desarrollar su sistema límbico, que es responsable, a nivel cerebral, del desarrollo emocional de la persona.
Por estas razones, no podemos etiquetar con unas palabras despreciativas como son rabieta, berrinche o pataleta, una manifestación natural del niño, tan necesaria para su desarrollo cerebral, emocional y fisiológico, como es sentir y expresar una emoción, sea cual sea. Por favor, a partir de hoy, llámale simplemente expresiones emocionales, que pueden manifestarse de forma más o menos intensa, pero no le llames más rabietas o berrinches, por el amor y el respeto que tienes hacia tu hijo.
¿Por qué a veces son tan fuertes estas expresiones emocionales? El niño, a partir de los dos años, aproximadamente, cuando no consigue lo que desea, empieza a expresar su frustración con ira y llantos. Es la única forma que tiene para demostrar sus frustraciones, no tiene otra manera de desahogar su malestar por no lograr hacer algo o por no poder conseguir lo que le gustaría. Si pudiera reaccionar de una forma más calmada lo haría, para evitar exponerse a tanto sufrimiento y estrés, pero dado que no puede hacer de otra forma, necesita expresarse así.
Desde un punto de vista fisiológico, el niño necesita tener esa expresión emocional para reequilibrar sus hormonas a nivel cerebral. Necesita llorar, gritar, expresarse verbalmente tal y como su cerebro le indica. Por esa razón es injusto enfadarse o castigar a nuestro hijo simplemente porque su cerebro está inmaduro todavía. Es algo biológico, tenemos que comprenderlo y tener paciencia, aunque a veces sea frustrante.
Ahora te preguntarás: ¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo cuando tiene estas expresiones intensas? El secreto es el siguiente: Acompañes y no abandones nunca a tu niño durante su cólera. El acompañamiento emocional es el recurso más importante que tenemos en la educación infantil, en particular ante una expresión emocional intensa de nuestro hijo. En el video que te dejo aquí arriba y en la descripción, encontrarás el paso a paso para un opimo acompañamiento emocional
Hagamos un ejemplo de acompañamiento emocional. Tu niño está construyendo un dinosaurio de lego, pero de repente se le rompe. Empieza a llorar, a gritar y a tirar todas las piezas. Para él es muy frustrante no lograr hacer algo, lo llena de cólera, pero para ti es algo insignificante y no entiendes por qué se enfada tanto.
El riesgo en ese caso es que tu hijo, cuando tenga más edad, tenga dificultades para expresar sus sentimientos por miedo al rechazo y al abandono.
Antes, algunos profesionales, y quizás algunos todavía, aconsejaban la técnica del aislamiento, pero desde hace años se ha demostrado científicamente que tiene consecuencias nefastas en el desarrollo emocional del niño.
Entonces, ¿Qué hago durante una expresión emocional intensa de mi hijo? Como vimos antes, quédate a su lado, espera que se relaje y no lo juzgues. Apórtale consuelo diciéndole: «Te comprendo, aquí estoy mi amor». Tu presencia lo ayudará a calmarse poco a poco. Él sabe que no está solo y puede contar con tu presencia, aunque esté lleno de ira. Apórtale contacto físico, escucha, comprensión, empatía. Cuando esté en plena expresión emocional, no intentes hacerlo entrar en razón porque sería completamente inútil.
Es importante que exprese sus sentimientos, que te diga todo lo que siente, que se siente mal porque se le rompió su juguete y por eso tiró todas las piezas y lloró. No es importante que asocie un nombre, ni mucho menos un color, a lo que siente, sino que exprese libremente su emoción.
