Qué hacer cuando mi hijo llora. Educación emocional para niños

¿Qué hago cuando mi hijo llora?

¿Te cuesta ver a tu hijo triste? ¿Te duele verlo llorar y no sabes qué hacer para ayudarle? Si necesitas recursos para aprender a acompañar a tu hijo cuando llora y siente tristeza, en la clase de hoy te voy a ayudar a comprender el mundo emocional de tu hijo y los errores a evitar en estos casos.

La tristeza es un sentimiento que no gusta a nadie sentir y sobre todo a nosotros los padres nos cuesta ver tristes a nuestros hijos y hacemos todo lo posible para evitar que se sientan así, incurriendo sin querer en un error frecuente, pero muy perjudicial: no dejar que nuestro niño experimente esta emoción, enseñándole de esta forma a reprimir sus emociones.

LAS EMOCIONES: LA TRISTEZA

La tristeza, como cualquiera emoción, no es absolutamente negativa, si aprendemos a analizarla, canalizarla, ponerla en perspectiva, dejarla fluir para luego superarla positivamente. Muchas obras de arte, de literatura, de música, nacen de un momento de tristeza de sus autores. 

Nos ayuda a reflexionar, nos obliga a mirar adentro, a hacer una introspección de nosotros, promueve la creatividad porque nos impulsa a encontrar soluciones. Pero, si la tapamos continuamente, si huimos de ella y no le permitimos que se exprese líberamente en nosotros y en nuestros niños, antes o después saldrá otra vez a la superficie y con más fuerza.

La tristeza hay que escucharla, siempre nos quiere comunicar algo: puede que tengamos que cambiar alguna circunstancia en nuestra vida o emprender algo diferente. Necesita de nuestro respeto, amor y comprensión: es algo noble y respetable expresar esta emoción sin vergüenza, y sobre todo sin tener la necesidad de taparla como sea, solamente porque no nos gusta sentirnos afligidos.

Las personas que no saben comprender esta emoción suelen recurrir a placeres sucedáneos y muy a menudo nocivos como drogas, alcohol, comida basura, etc. con la sola intención de huir de esta emoción y taparla como sea. Pero este método no funciona, porque la tristeza seguirá ahí y saldrá otra vez de forma peor en cuanto se superen los efectos de estas sustancias. 

Por estas razones es tan importante enseñar educación emocional a nuestros hijos, para prepararles para la vida. No le enseñe a tu hijo a reprimir sus emociones. Deja que exprese sus sentimientos, que llore, para que aprenda que es algo normal y positivo estar triste, que no es nada malo. Facilite que exprese líberamente lo que siente, sin restricciones. La tristeza le ayuda a madurar, a crecer como persona.

La próxima vez que veas a tu hijo expresando esta emoción, no intentes animarle en seguida, deja que la experimente, que la sienta. Apóyale para que aprenda a canalizarla, analizarla, a expresarla, a no huir de ella, y sólo después, podrás animarle y ayudarle a buscar soluciones. Pero no antes de haber dejado que la tristeza se exprese de forma natural: eso es un valor fundamental en la educación infantil.

Una vez que hayas asumido que tu niño no puede estar siempre feliz, que es normal que se sienta triste, estarás capacitado para ayudarle. 

LA TRISTEZA EN LA INFANCIA

Una vez comprendida la importancia de esta emoción, veamos como se expresa la tristeza en nuestro hijo según su edad y cómo podemos ayudarlo en sus diferentes etapas de la infancia.

– Los bebés de 0 a 2 años sienten tristeza cuando no cubrimos sus necesidades básicas como la alimentación, el sueño, la protección, el cariño, el contacto físico, su higiene personal, su bienestar físico y mental. En esa edad, son muy receptivos y captarán las emociones de sus cuidadores, en particular estarán influenciados por los sentimientos que siente su mamá.

Por esta razón, es muy importante cuidar siempre, y en particular en esta fase de crecimiento del niño, no sólo sus necesidades básicas, sino también nuestras necesidades emocionales. Es importante, como padres, tener una buena relación de pareja para trasmitir una sensación de amor y alegría a nuestro bebé y si nos sentimos tristes a menudo, buscar soluciones para mejorar nuestro estado de ánimo. No sólo te beneficiará a ti, sino también a la vida de tu bebé.

– En la siguiente etapa infantil, entre los 2 y los 7 años de edad, los niños sienten tristeza por no satisfacer en este caso sus necesidades secundarias. Por ejemplo, si lo que quieren es comer un helado, y no consiguen satisfacer su deseo, experimentarán una sensación de tristeza, aunque su necesidad básica de comer sea cubierta por otro tipo de comida.

Normalmente, cuando les negamos hacer algo, suelen ponerse tristes en seguida y muchas veces se mezclan, en esa edad, la emoción de la rabia con la de la tristeza, suscitando frecuentes expresiones emocionales intensas, llamadas vulgarmente rabietas o berrinches. En estos casos suele pasar también que nuestro niño se enfade con nosotros y nos diga o haga algo que nos pueda sentar mal, pero es del todo normal. Si quieres aprender más sobre las rabietas, te voy a dejar unos videos muy útiles en la descripción y también puedes luego dar clic aquí arriba.

No tengas miedo de que tu hija se sienta triste, no haga todo lo posible para complacerla y evitar que llore. Es positivo que sienta esta emoción, que aprenda a expresarla desde temprana edad y a dejarla fluir. Un error común de muchos padres es decir a los hijos que no lloren. De esta forma les estarás enseñando a reprimir sus emociones, a no escuchar lo que sienten. 

Todos deberíamos saber que es muy perjudicial reprimir las emociones. Es muy importante expresarlas y no taparlas, para evitar consecuencias considerables en futuro. Sé que es normal decir a nuestro hijo que no llore cuando está triste, pero es una frase que deberíamos borrar de nuestro vocabulario. A partir de ahora, por su bien, no les digas más: «No llores», deja que lo haga líberamente y sólo después le podrás ayudar buscando soluciones juntos para superar su tristeza. 

Quédate simplemente a su lado, apórtale contacto físico y evita cualquier tipo de moraleja.  

– Los niños entre los 8 y 12 años de edad empiezan a sentir tristeza por razones cada vez más complejas. Algunas veces seguirán sintiendo tristeza cuando no obtienen lo que desean, pero ahora empiezan a sentir tristeza de forma reactiva. La tristeza reactiva es debida a causas externas que nos provocan infelicidad, tristeza y malestar.

En el caso de un niño de esta edad, puede ser la separación de los padres o cuando uno de los padres se tiene que ausentar por un medio/largo periodo de tiempo por cualquier razón. También mudarse a otra ciudad y separarse de sus amigos o tener una discusión con algún amigo, etc., puede provocar tristeza en el niño. Otra causa puede ser cuando es víctima de insultos, reproches continuos, ofensas, que pueden ocurrir tanto en el hogar familiar como en la escuela. 

En todos estos casos es normal que el niño experimente este sentimiento, hay que tener paciencia y comprensión y como hicimos anteriormente, hay que dejar que este sentimiento fluya en el niño.  Enséñale que la tristeza es una maestra de vida que nos ayuda a parar un momento y a reflexionar sobre nosotros y nuestros comportamientos, a leer nuestro interior y a favorecer nuestra maduración. Explícales que los hechos externos en sí no nos causan tristeza, todo depende de cómo reaccionemos ante ellos.

Tenemos que ayudar nuestro hijo para que aprenda a canalizar y a experimentar esta emoción, sin huir de ella. En lugar de distraer nuestro niño para evitar que se sienta triste, le podemos ayudar diciéndole: «¿Qué es lo que te entristece? ¿Cómo te sientes? ¿Puedo hacer algo por ti? ¿Te puedo ayudar? Cuando quieras hablamos, estaré a tu lado para ayudarte». De esta forma estaremos respetando su intimidad, le estaremos ayudando a sentir esta emoción y superarla por sí solo, pero al mismo tiempo dejándole claro que lo entendemos y que estamos ahí para apoyarlo y ayudarlo cuando lo necesite.

Con niños más grandes o adolescentes, para que se sientan comprendidos, puedes decirle también otras frases, como ésta: «Hijo mío, es importante que exprese tu emoción, que llores, y cuando te encuentres mejor, mamá (o papá) estará aquí a tu lado para ayudarte, escucharte y encontrar la manera de superar tu tristeza». En principio te puedes sentir incómodo hablándole así, pero poco a poco con la práctica se convertirá en algo normal. De esta forma estarás apoyándole de la mejor forma y formando su inteligencia emocional, que es la base de la educación infantil.

Si se siente triste a causa de nuestra forma de educar, de lo que le decimos, del trato que tenemos con él, debemos analizar nuestro vínculo con él, nuestras expectativas, exigencias, nuestra forma de hablar, de comunicar, nuestra forma de educar y nuestras creencias y patrones mentales, a través de un trabajo personal de introspección profunda, que hacemos en la Educación Real, filosofía educativa que aplico en mi academia online de formación para padres familiaycrecimiento.com. Visita nuestra web para más información sobre nuestros servicios y para contactarme personalmente. Estamos aquí para ayudarte en tu crecimiento como madre o padre consciente.

LA TRISTEZA EN LA ADOLESCENCIA

– En la edad de la adolescencia las razones para ser tristes pueden variar. La adolescencia es una fase de cambios importantes a nivel físico y cerebral. Las emociones y los sentimientos se ven afectados y ampliados por los cambios hormonales que experimentan en estos años. Pueden sentir fuerte tristeza por la muerte o una enfermedad de un ser querido, como un abuelo o también una mascota, por la rotura de las primeras relaciones sentimentales, por una discusión fuerte con un amigo, por mudarse a otra ciudad.

También tener malas notas o malos resultados deportivos, no encajar en un grupo, ser marginado por los demás, ser rechazado por alguien, sentirse incomprendido por sus padres, sentirse poco valorado en general, son motivos que suelen causar tristeza en los adolescentes. 

La sobreprotección de los padres, el abandono emocional, el mal trato físico y emocional, los chantajes y manipulaciones, los castigos y consecuencias, las exigencias y expectativas de los padres y de su entorno, y todo tipo de violencia visible o más sutil, crean heridas emocionales en nuestro hijo durante su infancia, que suelen salir a luz en la adolescencia, generando un sentimiento de tristeza porque nada lo satisface del todo.

Es la etapa en que empieza el uso de sustancias nocivas y alcohol, muchas veces como una forma de superar y huir de esta emoción que experimentan y que no están acostumbrados a escuchar, de llenar carencias emocionales que se han formado en su interior.

Sin embargo, si lo tratamos con verdadero amor y respeto, si le enseñamos a amarse y a amar a los demás, a escuchar su voz interior, a encontrar su camino y su propósito de vida, a disfrutar de lo que tiene, enseñándole que la felicidad viene desde dentro, no por lo que poseemos, probablemente de adolescente sepa como reaccionar ante la tristeza de una forma positiva, encontrando las respuestas dentro de sí mismo.

PASOS PILARES DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL

Nosotros le podemos apoyar en esta fase gracias a la educación emocional, ayudándole a identificar la emoción, a entenderla, luego a utilizarla a su favor y, en el caso de la tristeza, a desecharla al final. Estos son los pasos pilares que hay que seguir para una correcta educación emocional.

Queridos Padres, nuestra misión es acompañar a nuestro hijo durante su infancia y adolescencia para su bienestar en el presente y en el futuro, enseñarle buenos valores, ayudarle a tener una buena autoestima y un concepto positivo de sí mismo, un buen carácter, en general que sea una persona feliz y que viva en plenitud. Tu ejemplo es muy importante y enseñarle inteligencia emocional es una forma efectiva de ayudarle durante su desarrollo.

Afirmaría que, casi únicamente los padres, podemos enseñarles sobre las emociones, a través de un buen ejemplo y un buen acompañamiento emocional. Es una tarea fundamental de la educación infantil, desafortunadamente poco valorada en la educación escolar y en los hogares.

Sin embargo, para ser un buen ejemplo, necesitas conocerte emocionalmente para vivir en plenitud, y poder liberar esa fuerza interior que tienes dentro de ti, que es el amor incondicional. Si quieres que te acompañes en ese autodescubrimiento, contáctame personalmente en mi web o déjame un comentario aquí abajo.

No te olvides de compartir esa información tan valiosa para nuestro bienestar y de nuestros queridos hijos.

Te deseo una feliz semana en familia. Un fuerte abrazo a todos lo que me siguen de cualquier parte del mundo.

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